martes, 15 de enero de 2013


Respuesta al texto del Colectivo Juguetes Perdidos “La complicidad de los inocentes”


1- Política y vida cotidiana

Comparto la necesidad urgente de reconocer como un ámbito de politización lo denominado vida cotidiana, vida privada, o intimidad. Ya no solamente como el dobles molecular que da forma a lo específicamente político, sino también como la arena quizá hoy si macro donde se dirime nuestra vida. El mercado organiza nuestra existencia reconfigurando las nociones de público, privado; de ahí que lo íntimo sea hoy de lo más explicitado… Y hay muchos debates que parten de diferentes diagnósticos sobre el estado: en crisis o desfondado; que debe recombinarse para volver a ser el gran articulador social; que se reinventa con los saberes del mercado; o que es una zona promiscua de contrastes donde en algunas zonas es posible componer lógicas más autónomas. Surgen como principales afecciones el mundo del trabajo, “la inseguridad”, y no otras afecciones vinculadas con el cuerpo, los lazos afectivos con el otro, la familia… Problemas que el mercado todo el tiempo considera, por no decir que son los más activados…

Se presentan como inquietudes a intervenir de una manera más propia el tema de los vicios –por no denominarlo adicciones-, en generar formas de cuidado alternativas contra violencias sociales que circulan desparramándose por toda la cartografía social (además de pensar quien lleva la gorra hay que pensar que formas de cuidado sin gorra hay –cuidándose entre otras cosas de esas gorras que circulan por ahí-). Pero el ejemplo del que más quiero hablar es el tema de la amistad ¿Qué es ser amigo? Muchas veces nos pasa que se dificulta juntarse y todo queda en intercambios por mail, o chusmear del otro por lo que sube en Factbook. O juntadas con gente que apreciamos pero se limitan a la presentación de un informa de la crónica de la rutina de cada uno, anécdotas copadas del pasado y silencios que si no hay pantallas o música de fondo se hacen incómodos… (si bien es una generación y media más que nosotros, no dejaría de lado como ilustración la lógica de la tira “graduados”). Otra forma de amistad es la que se expresa en esa gente que conocemos en laburos, donde compartimos de manera forzada un espacio social, y salís, te juntas, pero son más que nada los bautizados “amigos para la joda” que a su vez cuando uno abandona esos espacios esas relaciones se evaporan…. Sin embargo las formas de amistad no solo se presentan así sino que es la polis donde en no pocas ocasiones se elaboran afectos, intervenciones, saberes. Pregunta: ¿Cómo seria un análisis de coyuntura de estas afecciones de lo íntimo? ¿Qué se puede rastrear de esto en conversaciones entre amigos como análisis más informal que se le pueda reconocer como un saber importante para sofisticarlo y hacerlo un elemento clave de esta politización que reclamamos?



2- Sobre el estatuto de lo individual

Otra punta que se desprende es la descripción de una fuerza individualizadora que genera lo más reactivo de la época (la explosión de los mono-ambientes, que la mitad de la gente en capital sea soltera según cifras del ultimo censo, es un indicador claro). Ahora, por un lado me parece que no solo hay atomización, muchedumbres solitarias, sino que también el mercado genera ideas de común: comunidades de empresas de celulares; clubes de crédito; la industria nocturna, grandes espectáculos y conciertos, algunos gratuitos organizados por el estado, y las formas de amistad como dije arriba – ¿que tipo de amistad nos propone Facebook?-, entre tantas otras… A su vez hay una individualidad potente como aquella que se hace preguntas desde el desamparo y contra la corriente de otros flujos sensibles que circulan por ahí, como que es innegable que son escasos esos agrupamientos que banquen otros comunes que nosotros valoremos de manera positiva…


3- De destinos y a la deriva: el problema de la percepción

Hay todo el tiempo una ambivalencia del texto en cuanto la época se cerró y repartió imágenes para nuestras afecciones y que descansamos plácidamente en ellas, pero por otro lado hay una especie de deriva de preguntas sin responder sobre inquietudes urgentes (ser padre, madre….). Importante sobre ambivalencia generar una percepción política aguda y sensible.

En cuanto a lo cerrado, hay una sensación de que estamos en una escalera mecánica que si bien gelatinosa nos empuja a convertirnos cada vez mas en maquinas generadoras de dinero. Hay que dedicarse a hacer plata. Esto nos invita a pensar nuestro lugar en la constelación social, y hacia donde vamos, cual es nuestro destino. No digo destino como algo trascendental, pero si como un trayecto desparejo y siempre precario que vamos transitando y en determinados momentos, nos agarra una nausea de preguntarnos “¿a donde voy?”, “¿que ya no puedo hacer?”, “¿que soy?”. Capturar esas secuencias y plantearle preguntas y que nos se escabullan me parece fundamental…

Preguntas que se activan con más empuje desde los grandes acontecimientos, pero que también hay que capturar lo subterráneo de esos acontecimientos antes… Un ejemplo: la violencia de la precariedad –violencia productiva, porque es la irriga el sistema posconvertibilidad- no solo se expresa en grandes presencias del horror como cromañón y el sarmiento, sino en pequeñas cosas como los accidentes de trabajo, sino también en cuestiones no económicas sino de la intimidad como los celos. Muchas veces desencadenan en una masa de terror importante, pero si solo nos ponemos a pensar desde el estallido y de alguna manera cuando la pensamos desde ahí ya llegamos tarde…. Pero aunque no desemboquen en eso, son violencias que en su goteo afectan también.

Sobre lo abierto, lo más reactivo de la época no da respuestas para todo y si las brinda tampoco conquistan simpatías absolutas… Allí se desata una guerra de percepciones sobre como problematizar nuestra vida, abriendo diferentes maneras de plantear inquietudes y responder a esos interrogantes. Cualquier publicidad, novela, canción boluda o revista pedorra sabe que es complejo responder que es una pareja hoy, que es el amor, etc…. Mientras se activan máquinas de percepción como los sondeos, inventar nuestras técnicas de registro sensible es clave como para empezar a dar posibles respuestas a esas preguntas desde el desamparo y saber como se las banca (de hecho poner afecciones como la amistad, el amor, etc, que muchas veces no se les da cabida como problema a politizar, ya es un gesto zarpado en este sentido).


4- Activación

Comparto el tema de la activación y la huida de una crítica cómoda. ¿Cómo sería ese movimiento potente? Decíamos que ya hay de manera práctica embrionariamente rasgos vitales que no encuadran en las imágenes de época y si encajan tampoco es con un sentido intenso; muchas veces las alegrías ofrecidas son asimiladas como mal menor; se renuncia a la felicidad por algunas chirolas de tranquilidad…

Esos posibles que brotan silenciosamente –muchas veces ni nos damos cuenta-, esas aperturas que se van dando en tiempos precarios, darles espesor es un trabajo constante que requiere de un compromiso. La libertad no es solamente una ruptura y un salirse-de, sino que es una construcción constante. La libertad no es lo opuesto a una norma, sino la construcción de otro tipo de valoración de la vida que aquella que rechazamos; hablo de respuestas a interrogantes sobre el trabajo, la amistad, o las formas de divertirnos. Por un lado la invención de imágenes, conocimientos, sensibilidades -que más que un hacer es saber encontrar lo que anda bollando por ahí-, como por otro de sostener su efectuación contra la marea de lo precario (combatir la pachorra, el cuelgue, etc.). ¿La idea de aguante es la generación y contención constante de otras imágenes para lo que plantea la época abriendo lugares de autonomía….?


5- Formas de representación

Y sobre las capturas de lo que provoca la época y su diverso procesamiento tenemos el cierre de la representación. Muchas veces cuestionamos la idea de un tipo de representación –la estatal nacional, por ejemplo- como un hablar por nosotros y no asumiendo la complejidad y necesidad de hacerlo con nosotros; representación que no solo nos desubjetiva sino que nos imprime un sentido positivo para hacer lazo y formar común (hacernos heroicos comparándonos con los militantes de los setenta o inflarle el pecho a una mina por teleconferencia que se rompió el culo estudiando y se recibió de docente o enfermera como ejemplo de “la importancia de la cultura del trabajo y dedicación al estudio”). Ahora: como son otras formas de representación mas publicitarias de “seguite a vos mismo”, “tus deseos son ilimitados”, “divertite como quieras”, que no son más que formas de libertad bastante truchas y pirateadas, que también niegan otros posibles nuestros.


6- Culpa generacional

Y retomando este tipo de representación más publicitario plantaría entonces una culpa generacional. Es cierto que cuesta encontrar una sensación de falta por romper con grupos constituidos como la familia o la escuela, gasto de guita y no respetar una cultura del ahorro, pero si con uno mismo en tanto gestionador de una forma de felicidad. Y pienso en el tema estético. Mas que nada en las mujeres. Una edad donde el cuerpo empieza a dejar de ser tan joven como en la adolescencia, o por la maternidad, hay una sensación de falta y remordimiento bastante grande al dictaminar que uno es la causa de sus males, como diría Nietzsche… (de la tristeza del hombre-rebaño, a el dolor del hombre-narciso).


7- Lugar de enunciación

Comparto el lugar de lo generacional como plataforma de expresión donde nos reconocemos a nosotros mismos. Ahora: si bien esto no es una corrección porque cada uno elige su terreno vital para afirmar su subjetividad, pero en mi opinión no se si alcanza con ese lugar y nada mas… me da la sensación como que se establece una especie de subsuelo –en este caso generacional- donde se comparten afecciones y es cuestión de hacernos preguntas sobre ellas, pensarlas, intervenir y que solo se arma lazo desde ese punto, sin ver un tema de clase, o de género, como si ser par generacional es motivo de sintonía o sensibilidad común. Y a su vez hace que este subsuelo se comunique con otros en un diálogo trans-generacional, arrastrando este problema que menciono. Imagino que  este no debe ser el planteo de fondo, pero me dió la sensación que del texto se desprende algo así…

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