Respuesta al
texto del Colectivo Juguetes Perdidos “La complicidad de los inocentes”
1- Política
y vida cotidiana
Comparto la necesidad
urgente de reconocer como un ámbito de politización lo denominado vida
cotidiana, vida privada, o intimidad. Ya no solamente como el dobles molecular
que da forma a lo específicamente político, sino también como la arena quizá
hoy si macro donde se dirime nuestra vida. El mercado organiza nuestra existencia
reconfigurando las nociones de público, privado; de ahí que lo íntimo sea hoy
de lo más explicitado… Y hay muchos debates que parten de diferentes
diagnósticos sobre el estado: en crisis o desfondado; que debe recombinarse
para volver a ser el gran articulador social; que se reinventa con los saberes
del mercado; o que es una zona promiscua de contrastes donde en algunas zonas
es posible componer lógicas más autónomas. Surgen como principales afecciones
el mundo del trabajo, “la inseguridad”, y no otras afecciones vinculadas con el
cuerpo, los lazos afectivos con el otro, la familia… Problemas que el mercado
todo el tiempo considera, por no decir que son los más activados…
Se presentan como
inquietudes a intervenir de una manera más propia el tema de los vicios –por no
denominarlo adicciones-, en generar formas de cuidado alternativas contra
violencias sociales que circulan desparramándose por toda la cartografía social
(además de pensar quien lleva la gorra hay que pensar que formas de cuidado sin
gorra hay –cuidándose entre otras cosas de esas gorras que circulan por ahí-).
Pero el ejemplo del que más quiero hablar es el tema de la amistad ¿Qué es ser
amigo? Muchas veces nos pasa que se dificulta juntarse y todo queda en
intercambios por mail, o chusmear del otro por lo que sube en Factbook. O juntadas
con gente que apreciamos pero se limitan a la presentación de un informa de la
crónica de la rutina de cada uno, anécdotas copadas del pasado y silencios que
si no hay pantallas o música de fondo se hacen incómodos… (si bien es una generación
y media más que nosotros, no dejaría de lado como ilustración la lógica de la
tira “graduados”). Otra forma de amistad es la que se expresa en esa gente que
conocemos en laburos, donde compartimos de manera forzada un espacio social, y salís,
te juntas, pero son más que nada los bautizados “amigos para la joda” que a su
vez cuando uno abandona esos espacios esas relaciones se evaporan…. Sin embargo
las formas de amistad no solo se presentan así sino que es la polis donde en no
pocas ocasiones se elaboran afectos, intervenciones, saberes. Pregunta: ¿Cómo
seria un análisis de coyuntura de estas afecciones de lo íntimo? ¿Qué se puede rastrear
de esto en conversaciones entre amigos como análisis más informal que se le
pueda reconocer como un saber importante para sofisticarlo y hacerlo un elemento
clave de esta politización que reclamamos?
2- Sobre el estatuto
de lo individual
Otra punta que se
desprende es la descripción de una fuerza individualizadora que genera lo más
reactivo de la época (la explosión de los mono-ambientes, que la mitad de la
gente en capital sea soltera según cifras del ultimo censo, es un indicador
claro). Ahora, por un lado me parece que no solo hay atomización, muchedumbres
solitarias, sino que también el mercado genera ideas de común: comunidades de
empresas de celulares; clubes de crédito; la industria nocturna, grandes espectáculos
y conciertos, algunos gratuitos organizados por el estado, y las formas de
amistad como dije arriba – ¿que tipo de amistad nos propone Facebook?-, entre
tantas otras… A su vez hay una individualidad potente como aquella que se hace
preguntas desde el desamparo y contra la corriente de otros flujos sensibles
que circulan por ahí, como que es innegable que son escasos esos agrupamientos
que banquen otros comunes que nosotros valoremos de manera positiva…
3- De
destinos y a la deriva: el problema de la percepción
Hay todo el tiempo una
ambivalencia del texto en cuanto la época se cerró y repartió imágenes para
nuestras afecciones y que descansamos plácidamente en ellas, pero por otro lado
hay una especie de deriva de preguntas sin responder sobre inquietudes urgentes
(ser padre, madre….). Importante sobre ambivalencia generar una percepción política
aguda y sensible.
En cuanto a lo cerrado, hay
una sensación de que estamos en una escalera mecánica que si bien gelatinosa
nos empuja a convertirnos cada vez mas en maquinas generadoras de dinero. Hay
que dedicarse a hacer plata. Esto nos invita a pensar nuestro lugar en la
constelación social, y hacia donde vamos, cual es nuestro destino. No digo
destino como algo trascendental, pero si como un trayecto desparejo y siempre
precario que vamos transitando y en determinados momentos, nos agarra una
nausea de preguntarnos “¿a donde voy?”, “¿que ya no puedo hacer?”, “¿que soy?”.
Capturar esas secuencias y plantearle preguntas y que nos se escabullan me
parece fundamental…
Preguntas que se activan
con más empuje desde los grandes acontecimientos, pero que también hay que
capturar lo subterráneo de esos acontecimientos antes… Un ejemplo: la violencia
de la precariedad –violencia productiva, porque es la irriga el sistema
posconvertibilidad- no solo se expresa en grandes presencias del horror como
cromañón y el sarmiento, sino en pequeñas cosas como los accidentes de trabajo,
sino también en cuestiones no económicas sino de la intimidad como los celos. Muchas
veces desencadenan en una masa de terror importante, pero si solo nos ponemos a
pensar desde el estallido y de alguna manera cuando la pensamos desde ahí ya
llegamos tarde…. Pero aunque no desemboquen en eso, son violencias que en su
goteo afectan también.
Sobre lo abierto, lo más
reactivo de la época no da respuestas para todo y si las brinda tampoco
conquistan simpatías absolutas… Allí se desata una guerra de percepciones sobre
como problematizar nuestra vida, abriendo diferentes maneras de plantear
inquietudes y responder a esos interrogantes. Cualquier publicidad, novela,
canción boluda o revista pedorra sabe que es complejo responder que es una
pareja hoy, que es el amor, etc…. Mientras se activan máquinas de percepción
como los sondeos, inventar nuestras técnicas de registro sensible es clave como
para empezar a dar posibles respuestas a esas preguntas desde el desamparo y saber
como se las banca (de hecho poner afecciones como la amistad, el amor, etc, que
muchas veces no se les da cabida como problema a politizar, ya es un gesto
zarpado en este sentido).
4-
Activación
Comparto el tema de la activación
y la huida de una crítica cómoda. ¿Cómo sería ese movimiento potente? Decíamos
que ya hay de manera práctica embrionariamente rasgos vitales que no encuadran
en las imágenes de época y si encajan tampoco es con un sentido intenso; muchas
veces las alegrías ofrecidas son asimiladas como mal menor; se renuncia a la
felicidad por algunas chirolas de tranquilidad…
Esos posibles que brotan
silenciosamente –muchas veces ni nos damos cuenta-, esas aperturas que se van dando
en tiempos precarios, darles espesor es un trabajo constante que requiere de un
compromiso. La libertad no es solamente una ruptura y un salirse-de, sino que es
una construcción constante. La libertad no es lo opuesto a una norma, sino la construcción
de otro tipo de valoración de la vida que aquella que rechazamos; hablo de
respuestas a interrogantes sobre el trabajo, la amistad, o las formas de
divertirnos. Por un lado la invención de imágenes, conocimientos,
sensibilidades -que más que un hacer es saber encontrar lo que anda bollando
por ahí-, como por otro de sostener su efectuación contra la marea de lo
precario (combatir la pachorra, el cuelgue, etc.). ¿La idea de aguante es la generación
y contención constante de otras imágenes para lo que plantea la época abriendo
lugares de autonomía….?
5- Formas de
representación
Y sobre las capturas de lo
que provoca la época y su diverso procesamiento tenemos el cierre de la representación.
Muchas veces cuestionamos la idea de un tipo de representación –la estatal
nacional, por ejemplo- como un hablar por
nosotros y no asumiendo la complejidad y necesidad de hacerlo con nosotros; representación que no solo
nos desubjetiva sino que nos imprime un sentido positivo para hacer lazo y
formar común (hacernos heroicos comparándonos con los militantes de los setenta
o inflarle el pecho a una mina por teleconferencia que se rompió el culo estudiando
y se recibió de docente o enfermera como ejemplo de “la importancia de la
cultura del trabajo y dedicación al estudio”). Ahora: como son otras formas de
representación mas publicitarias de “seguite a vos mismo”, “tus deseos son
ilimitados”, “divertite como quieras”, que no son más que formas de libertad
bastante truchas y pirateadas, que también niegan otros posibles nuestros.
6- Culpa
generacional
Y retomando este tipo de representación más
publicitario plantaría entonces una culpa generacional. Es cierto que cuesta
encontrar una sensación de falta por romper con grupos constituidos como la
familia o la escuela, gasto de guita y no respetar una cultura del ahorro, pero
si con uno mismo en tanto gestionador de una forma de felicidad. Y pienso en el
tema estético. Mas que nada en las mujeres. Una edad donde el cuerpo empieza a
dejar de ser tan joven como en la adolescencia, o por la maternidad, hay una
sensación de falta y remordimiento bastante grande al dictaminar que uno es la
causa de sus males, como diría Nietzsche… (de la tristeza del hombre-rebaño, a
el dolor del hombre-narciso).
7- Lugar de
enunciación
Comparto el lugar de lo
generacional como plataforma de expresión donde nos reconocemos a nosotros
mismos. Ahora: si bien esto no es una corrección porque cada uno elige su
terreno vital para afirmar su subjetividad, pero en mi opinión no se si alcanza
con ese lugar y nada mas… me da la sensación como que se establece una especie
de subsuelo –en este caso generacional- donde se comparten afecciones y es cuestión
de hacernos preguntas sobre ellas, pensarlas, intervenir y que solo se arma
lazo desde ese punto, sin ver un tema de clase, o de género, como si ser par
generacional es motivo de sintonía o sensibilidad común. Y a su vez hace que
este subsuelo se comunique con otros en un diálogo trans-generacional, arrastrando
este problema que menciono. Imagino que este no debe ser el planteo de fondo,
pero me dió la sensación que del texto se desprende algo así…
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