Esto es Boca
Algunas ideas acerca de lo que somos y
de la imagen que queremos dar
1- Fiesta, ciudad y violencia expresiva
El doce de diciembre festejamos el "Día Internacional del Hincha de Boca" por segunda vez. Jornada con múltiples focos
de encuentro, el más concurrido y más importante a nivel simbólico es el obelisco
en el microcentro de la Capital Federal. Concentración multitudinaria organizada
por redes sociales y el boca en boca, ya en las horas previas se destilaba por
algunos medios como nuestro festejo era una posibilidad de que se desmadre la calma
capitalina.
El doce del doce fue una fiesta que nos
reúne como hinchas y que nos muestra al mundo. Abrimos un surco en la ecología
urbana afirmando un territorio propio y en una búsqueda por conquistar la atención
y propagar nuestra imagen en infinidad de nodos y que todos vean lo grandes que
somos, el amor por el club, y ganarnos un lugar en la historia. Jornada que descose
las costuras típicas que organizan la ciudad: venir en tren cantando, mostrando
banderas, colgados de ventanillas y puertas; caminar por las avenidas y que se
modifique el sentido del tránsito; que gente morocha, joven, copen un espacio
como el obelisco, colgándose de semáforos y marquesinas de marcas globales;
pintar el obelisco y cambiar la bandera nacional por la de Boca.
De ahí que la fiesta tenga un componente
de violencia expresiva: cuando hablo de violencia
no hablo de un hecho en sí mismo -desde
un cántico hasta una botella que vuela por el aire- sino de una relación donde unos
afectan a otros de manera negativa (el microcentro transfigurado en Bombonera, no
es un espectáculo agradable para una mirada común y ciudadana). Y expresiva por que busca dar cuenta de
algo, agitar una imagen de sí. “Esto es boca” es parte de este mensaje que
buscamos dar en todo el país. Fiesta que no tiene un carácter reivindicativo
–como otras movidas, cual los banderazos por entradas- sino de bancar nuestra
presencia y manifestar lo que somos a nuestra
manera.