martes, 12 de febrero de 2013

Sexualidad y mercado: reflexiones a partir de la novela “Plataforma” de Michel Houellebecq


"El amor es el mejor, el más insidioso y más efectivo instrumento para el control social." (Rainer Fassbinder).


1-   Percepción de lo subterráneo




Michel conoce a Valerie en unas vacaciones en Indonesia y de vuelta en Francia se ponen de novios. Armar una pareja especial: Michel le lleva 12 años, Valerie gusta de las mujeres, comparten su sexualidad con otras personas. Valerie trabaja en una compañía organizadora de viajes. Es la mano derecha de Jean, un empresario no muy viejo pero con una vida aburrida, entregado solo a las responsabilidades de su empleo. Mientras Valerie y Michel comparten intensamente su relación la empresa donde ella labura necesita un golpe de timón.

Nuestro protagonista tiene un par de ideas: su cuerpo carga con bibliotecas de información sensible de viajeros, de como es su vida y que es lo que buscan: sexo. El hasta hace no mucho tiempo lo era. Antes de salir con Valerie era un tipo solitario entregado a un trabajo sin sentido donde el sexo era una bocanada de sentido vital. Lo que va a proponer Michel a la empresa, a Valerie y Jean es eso, que los paquetes turísticos preparen integralmente sus centros de vacaciones para que la gente tenga sexo.

lunes, 4 de febrero de 2013

Esquizofrenia escolar: entre el quilombo que motiva y la paz que nos fastidia

Algunos pensamientos desde la precariedad escolar










1- Precariedades

Sabemos que en las escuelas lo que debería ser no es (y encima viene todo para peor, nos dicen…). Nos topamos con situaciones de lo más diverso: dificultades para leer, berretines mediáticos, poca atención, peleas, boludeo tecnológico, etc.…  No hablamos solamente de simples interferencias en el paño escolar sino de quiebres en su lógica más intima; no de trastornos en su dobles interior sino en las condiciones de emergencia de su constitución social (un ejemplo son los docentes que no pueden dar clase por que se tienen que amotinar en la puerta del aula para que los pibes no huyan…).

Según cual sea el grado de la erosión escolar –un rechinar en su lógica o tambaleo de su ser constitutivo- se disparan diferentes niveles de precariedad que nos obligan a recurrir a diversos saberes escolares para transitar los espacios educativos: situaciones abiertas para las cuales no hay respuestas a mano; cortocircuitos donde la brújula escolar indica soluciones tradicionales, algunas que ya no resultan y otras que si; circunstancias donde se aplican experimentos que a veces funcan como otras no. Es innegable que cuando entramos a la escuela estamos haciendo un acto social. Como individuos, mal que mal, tomamos posesión de un rol: somos docentes. Los pibes lo mismo: se hacen alumnos. Afuera cada uno tendrá su vida, es más, nos podremos encontrar en la calle, compartir algún bar nocturno, pero al pasar el umbral escolar nos hacemos alumnos, porteros, preceptores, secretarios, etc. En el aula, de un lado está el docente, del otro los alumnos. Ante el escenario de precariedad latente es fundamental reconocer que esa frontera esta agrietada o en todo caso en ruinas; desde esa geografía social bien concreta debemos intervenir.